Guiados por la investigación de Yolanda Reyes, proponemos un recorrido por obras literarias que los niños de muchas edades han hecho suyas: obras que han atravesado modas, épocas y países, y que han burlado la censura y las buenas intenciones de los adultos para hablar esa lengua cifrada, secreta y abierta a las interpretaciones que es la lengua literaria.
Desde tiempos remotos, quizás desde que los adultos descubrieron el poder de los libros para “domesticar” a los niños y las niñas, la literatura ha sido utilizada como un botín didáctico. La profusión de historias para enseñar números, vocales, ecología y buenas costumbres -y cada época tiene las suyas- hace cada vez más difícil distinguir entre los libros disfrazados de literatura infantil y las obras literarias. ¿Cómo diferenciar un libro de autoayuda de una novela de crecimiento, por ejemplo? ¿Cuáles podrían ser los atributos de esos libros que exploran el corazón de la infancia?