SIDON, EPHRAIM
Colina Calva era un lugar donde todos eran felices... y pelones. Naturalmente, sólo lo podía gobernar el dueño de la calva más calva, al que elegían mediante un concurso muy especial. Esta dicha se rompe un mal día en que al gobernador le brota un pelo largo y robusto que crece sin parar. En su afán por ocultar tan terrible tragedia vive aventuras asombrosas y divertidas.